Cuando volví a la tienda de vestidos lo hice con mi madre y mis damas de honor. Ya con cita y con más tiempo para probarme. Me volví a sentir genial con el puesto, sin embargo, y aunque en el momento no se lo dijera a nadie, no era lo mismo.
¿Que te pasaba
vestido? Ya no me habías conquistado igual.veía el tul rígido y sin
movimiento, ya no tenía claro que se me vieran los pies, el palabra de honor me
agobiaba...Algo dentro de mi pequeña cabecita de novia loca me decía que no lo
tenía todo. Aunque allí en directo no dije nada reflexioné yo sola y decidí seguir mirando. Al fin y al cabo sólo me había probado en aquella tienda.
Vía Pinterest |
Cambié de idea del vestido. Dejé de centrarme en lo corto y opté por probarme trajes largos, princesa, con capas de tul y bordados.
Pros: Contras:
- Los hay en todas las tiendas - Cuidado con el diseño, para que no sea uno más
- favorecedor -Cuidado con el corte, para que nos favorezca
- Princesa (si es lo que te gusta)
.
Pedí cita en Pronovias, y allí que fui. Piiiiiiii
Piiiiiiiii fallo. No te pruebes vestidos por los que no quieres pagar esa
cantidad de dinero, porque la liarás. No se porqué allí me probé cuando en Rosa Clará no lo hice, locuras de novia supongo.
En Pronovias nos trataron genial. Me
probé cuatro vestidos y claro...ahí ya cambio la cosa. A mi parecer los
vestidos eran Más Vestidos, las telas, los bordados...Me enamoré de uno. Yo le
llamo mi amor platónico de Pronovias. Fue
como un corto pero bonito romance, esos diez minutos en el probador...
No voy
a ser hipócrita y a decir que no me encantó aunque no me lo comprara, pero
tenía muy claro (bueno en ese momento no tanto) que no pagaría esa cantidad de
dinero.
Lo que
yo no sabía cuando salí de Pronovias ese viernes con el ceño un poco fruncido
por no poder quedarme ese vestido es que, ese mismo lunes, encontraría el mío y la búsqueda terminaría.........
Continuará.....